viernes, 15 de octubre de 2010

en este Lado

Sin que ella lo buscara.
Sin que él se lo propusiera,
se ha convertido en el sendero en medio de su penumbra...

Su sombra proyectada no la intimida,
lo enfrenta
con delicioso temor,
lo desafía
con devota tibieza,
lo obedece
con refrescante humildad,
se le rebela
con lisérgico goce.

Destapada en ella misma
observa, en cada golpe rítmico de su paso,
la estela que él deja sutìlmente
y que le despierta picantes curiosidades en su almohada.

Con cierta cautela y calma,
ella lo observa en el comienzo de un destino...
En paralelo caminan, se miran, se perciben.
Él promete no ahogarla,
ella desea creer en este sueño real.
Él promete su tímida presencia,
a ella le consuela su arribo.

Tal vez sea la marca que tienen en comùn,
ese puente esperanzador...



Marez
···

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