Aquella noche, todos se habían ido.
Con mi melancolía había decidido quedarme a disfrutar de la oscuridad apenas alumbrada y fresca.
Bajé unas escaleras que se dirigían hacia el lago, en cada descenso sentía que ese lugar se parecía a...
Con una luna perfectamente redonda y clara, las aguas estaban inquietas y heladas, esa noche estrellada estaba indicando mi destino.
Seguía bajando.
Un mundo se me revelaba, comencé a tener miedo. Tuve que detenerme, algo me impulsó a alejarme. Le hice caso.
Desde el espejo de mis sueños puedo ver ahora mi realidad, una realidad que me inspira. Sigo conectada a ese sueño.
Sé que soy nada en esto pero mi imaginación es el todo, esto me ayuda a ver el sueño y la realidad en un solo lugar.
Ya no tengo vergüenza de mí. Lo que siento es extraño pero esta bien justificado por mi destino y mis signos que están marcando mis pasos hacia un más allá donde los cambios son necesarios como los latidos.
Todo esto está depositado en un cofre tan especial, indefenso como raro, es tan poderoso y añorado en cuerpo y alma...
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Escrito el 22 de enero de 1997. Es una segunda versión, el cual se trató de rescatar la esencia del primer texto que había destruido.
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