sábado, 13 de diciembre de 2014

En la ilusión platónica

Te sientes hijo de Platón, aventurándote hacia el nuevo mundo que amanece ante tus ojos.
Configuras notas al ritmo de tu líbido.
Visitas otras cuevas por simple curiosidad y te crees libre al hacerlo.
Lo gritas, lo lloras, lo extaseas.
Libre es tu cuerpo.


Y lo único que añora tu mente es la Cueva de la que saliste.
Eres esclavo de tu ego desbalanceado, bipolar y deprimente.
Hijo de Edipo, has elegido el destino cómodo de tus ancestros.
Y el vacío es lo que esta gobernando a tu amor.