sábado, 16 de marzo de 2013

Soy alas


Tenerlas significan libertad y también imaginación...
Pero es una responsabilidad muy grande poseerlas, primero hay que extenderlas (para que se aireen, empiecen a saborear la suavidad del aire), apreciarlas (necesitan de buen estímulo) y sobre todo amarlas, sin importar el tamaño que ellas tengan, porque no todas las alas son amplias y majestuosas, algunas tan solo ayudan a correr con más ímpetu pero no tienen la capacidad de volar...

Creo que el mayor desafío es despegar y aterrizar.
¿Qué costará más, despegar o aterrizar?

Durante el vuelo, hay una gran exposición a la mirada del otro, de los otros... esas miradas pueden abarcar desde la admiración hasta la envidia... ¿Cuál de las dos puede ser la bala mortal?

Como todo, la libertad y/o imaginación tiene su precio. Y cuanta menos carga de miedos se posea en el corazón, mayor será el vuelo, mayor será la velocidad del alma.

Seamos alas.
Ya saben, se comienza con extenderlas y dar el primer paso.

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Dedicado al niño alado