martes, 27 de marzo de 2012

parole

Caminando hacia ella, alcanzo adivinar su figura por la manera de caminar. Es interesante darse cuenta que por más lejos que esté una persona querida, una nota su manera de caminar, algún gesto físico, hasta el estilo de su ropa...
Cuando la tuve bien cerca, nos fundimos en un abrazo que siempre dura poco...
- ¿Cómo estás?
- Bien... bah, no sé, estoy rara...
- ¿Por? Contame, qué es lo que pasa.
- Esta mañana, un conocido, muy indignado, me dijo que soy "muuuy egoísta"
- ¡jajaja! ¡Qué le hiciste para que te dijera eso! ¡Se nota que no te conoce!
- No, apenas nos conocimos en enero, después de tu cumpleaños... y desde esa vez no nos vimos más hasta ahora.
- ¡Ah! ¡Ése que invitaste a tu casa!
- Ése mismo...
- Pero... no te noto molesta...
- Para nada, es mas, me siento aliviada... ¡hasta contenta, mirá!
La miré tratando de comprenderla, a veces, me confunde...
- No entiendo.
- Sí, yo tampoco entendía nada, su actitud, lejos de ofenderme ¡me halagó! por eso lo dejé que siguiera largando toda su bronca...
- ¿No intentó agredirte de forma física, verdad?
Su mirada pícara y segura de sí misma fue más que suficiente como respuesta.
- ¿Entonces?
- Entonces lo dejé hablar y me fuí sin decirle nada...
- jajaja! qué loca...
- Lo sé, je!
Y mientras venía para encontrarme con vos, decidí caminar para pensar bien qué era lo que me pasaba, esa sensación rara de tranquilidad y... ¡bah! ¡qué se yo!
- mhm...
- Y concluí que lejos que me ofendiera lo que él piensa de mí, es que no me interesa su opinión...
- oooh...
- Sí, así es de cruel pero verdadero.
Si en cambio vos, o los demás que quiero mucho opinaran de la misma manera que él... bueno, ahí sí que me devastarían esas palabras.
No es el qué te dicen, sino el quién lo dice, lo que nos afectarán las palabras.
- Comprendo...

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