Movió su ficha suavemente hasta la casilla clara.
Analicé el contexto de la jugada, inmediatamente mi respiración se entrecortó, supe que la perdería, o peor aún... ¡la entregó!
No entendía su estrategia, era su última ficha de defensa, si la perdía le declaraban jaque mate!
Busqué en su mirada, en sus gestos... estaba superficialmente tranquila pero sus ojos no mentían, había un brillo de tristeza y al mismo tiempo transmitían una paz que nunca antes había percibido.
Miré por un momento a la otra persona, estaba mirando analíticamente la jugada, creo que también se sorprendió ante semejante movimiento.
Volví mi mirada de nuevo hacia ella, sus ojos chocaron con los míos, no gesticuló nada pero sentí su respuesta: "sé lo que hago".
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